domingo, 17 de febrero de 2013

La evolución hacia una nueva "BRECHA DIGITAL"

Las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) entre las que se encuentran el Internet, la telefonía, la televisión y los productos electrónicos de consumo, son parte de la vida diaria en nuestros hogares, en el trabajo, en la escuela, en las actividades recreativas y de entretenimiento.

En diversos estudios de varias organizaciones internacionales se ha demostrado que el empleo de la tecnología puede contribuir a elevar la calidad de vida de las personas que la utilizan de una manera adecuada en sus actividades. Pero no todo es color de rosa, aunque muchos utilizamos y nos beneficiamos con la tecnología, otros no tienen acceso a la misma o no han aprendido las habilidades para utilizarlas. ¿Qué está sucediendo? Desafortunadamente en el contexto global, no todos tenemos acceso a la tecnología de manera equitativa. Todavía hay poblaciones en el mundo que no tienen acceso al teléfono, ni siquiera a los servicios básicos fundamentales como el agua y electricidad. Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el 2002 aproximadamente mil millones de personas carecían de agua potable. En cuestiones de penetración de Internet a nivel mundial, según el Sitio Web Internet World Stats (www.internetworldstats.com), en 2006, países, como Canadá y Estados Unidos, tienen un 70% de penetración de Internet, Australia/Oceanía un 54% y Europa con un 39%. Mientras que en las regiones donde se encuentran países menos desarrollados, por ejemplo en Latinoamérica la penetración de Internet es del 16% y en África no llega ni al 5%. Lo anterior nos dice que las tecnologías asociadas al web e Internet están distribuidas de manera inequitativa, condición que se observa claramente entre los países desarrollados y los subdesarrollados.


Figura 1. Porcentaje de penetración de Internet por región en el mundo
Fuente: www.internetworldstats.com

Con el fin de proteger los derechos humanos esenciales y promover el progreso social y mejorar los niveles de vida en un entorno de mayor libertad, la ONU en 2000 promulgó la declaración del Mileno, mejor conocida como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los cuales son un conjunto de metas cuantificadas y limitadas en el tiempo para reducir la pobreza extrema y ampliar los derechos universales de aquí al año 2015. A pesar de que al día de hoy, el mundo cuenta con los recursos financieros, tecnológicos y humanos necesarios para dar un salto decisivo en el desarrollo humano. Sin embargo, de mantenerse las actuales tendencias, la humanidad estará muy lejml de cumplir los ODM. Así lo dice textualmente el Informe de Desarrollo Humano de 2005 que publica anualmente el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP, United Nations Development Programme). En este reporte se menciona, que hasta el 2005, no se cumplirán las metas de reducir la mortalidad de los niños de cinco años. Tampoco se cumplirán la meta de reducir la pobreza a la mitad y los resultados proyectados equivalen a 380 millones de personas adicionales en los países en desarrollo cuyos ingresos serán inferiores a un dólar al día en 2015. Por último, la meta de los ODM de educación primaria universal tampoco se cumplirán de mantenerse las tendencias actuales y 47 millones de niños de los países en desarrollo seguirán sin asistir a la escuela en 2015.

Qué es la brecha digital
La "brecha digital" (o digital divide en inglés) puede ser definida como la separación que existe entre las personas, comunidades, estados, países, etc. con respecto al acceso a las TIC y su uso. Las TIC incluyen las tecnologías de redes, telecomunicaciones e informática, (teléfono, televisión, radio, Internet, computadoras, etc.) que de manera directa o indirecta, influyen en nuestras actividades socioeconómicas, educativas y culturales.

A pesar de que la brecha digital es generalmente expresada en términos tecnológicos, su alcance es un reflejo de la condición socioeconómica, y en particular de limitaciones y falta de infraestructura de telecomunicaciones e informática. Otros autores definen a la brecha digital como analfabetismo digital, el cual consiste en la escasa habilidad o competencia de algunas personas para manejar las computadoras, el Internet y las tecnologías en general. Es decir, la brecha digital está relacionada a aspectos de acceso a los beneficios de la digitalización y también a las capacidades de una población o grupo social para utilizar las TIC de manera apropiada y que contribuya al desarrollo sustentable. En algunos casos se prefiere hablar del término inclusión digital para considerar los esfuerzos enfocados a reducir la brecha digital.

El tratar de mitigar las disparidades socioeconómicas con tan sólo enfocarse en los aspectos tecnológicos no ofrece soluciones inmediatas. Este enfoque ha creado el mito de que la implantación de infraestructura tecnológica es suficiente para proveer un desarrollo comunitario sustentable. La brecha digital es más bien el reflejo de una condición de desarrollo humano en donde los aspectos culturales y sociales trascienden a lo tecnológico. Esto no significa que la tecnología aplicada en la dimensión y entornos adecuados no contribuya al desarrollo. El potencial de la tecnología como vehículo hacia el bienestar social es real, pero el reto es armonizar la función de la tecnología de acuerdo con un desarrollo para fortalecer valores humanos con dignidad y honor. El énfasis en estos valores humanos asegura la sustentabilidad creando no sólo actitudes sino procesos de desarrollo comunitario con participación de la población en los aspectos clave y en la toma de decisiones.

El acceso y uso a las tecnologías de Información, conlleva tres procesos: el primero es que exista infraestructura de telecomunicaciones y redes (disponibilidad), el segundo, la accesibilidad a los servicios que ofrece la tecnología y la tercera es poseer habilidades y conocimientos para hacer un uso adecuado de la tecnología. Es decir, primeramente se requiere que exista disponibilidad en la comunidad de la infraestructura que pueda dar acceso a un servicio de telecomunicaciones (e.g. teléfono, Internet por DSL, Internet por CableTV, etc.). En segundo lugar, si se tiene la infraestructura, se debe tener el sustento económico suficiente para contratar los servicios ofrecidos, y por último, si se tiene la infraestructura y la accesibilidad, se deberán tener las habilidades suficientes para utilizar dichos servicios. Por ejemplo, la habilidad de utilizar una computadora para navegar por Internet, leer el correo electrónico, generar contenidos con valor educativo o cultural, etc. [ver figura 2.]


Figura. 2 infraestructura + accesibilidad + habilidades (Fuente: ITU)

Cómo medir la brecha digital
Dado que la brecha digital no es un fenómeno meramente tecnológico, y está influenciada por múltiples factores, entre ellos los sociales, económicos, políticos, etc. es muy difícil su medición de una manera cuantitativa precisa. Anteriormente, previo a la era del Internet, cuando el servicio de telecomunicaciones predominante era la telefonía, la condición de un país o una región se media en términos de la densidad telefónica, también conocida como teledensidad, la cual es básicamente el número de subscriptores (abonados) de telefonía fija por cada cien habitantes. Por ejemplo, para un país en vías de desarrollo la teledensidad es inferior a 20. Es decir, por cada 100 habitantes hay 20 líneas telefónicas, o 2 de cada 10 habitantes poseen una línea de teléfono. En países desarrollados, la teledensidad supera el 80%. Es decir 8 de cada diez personas tiene una línea telefónica fija. Para medir la teledensidad sólo se consideran las líneas fijas, no las celulares o móviles. A la condición de teledensidad se le conoce también como la brecha analógica, que era una forma de medir la desigualdad tecnológica hace más de 20 años. En la actualidad dado el avance de las comunicaciones inalámbricas en el mundo, la penetración de esta tecnología se ha vuelto más significativa que la penetración de líneas fijas y el concepto de Convergencia Tecnológica, actualmente en expansión por todas partes del mundo, requerirá de una nueva definición de indicadores de penetración de las TIC.

Para medir la brecha digital hay que tomar en cuenta otros parámetros en su conjunto, para esto muchas organizaciones internacionales generan reportes periódicos para caracterizar este fenómeno. Cada una de ellas utiliza diversos factores para generar sus propios índices.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (www.undp.org) por ejemplo genera un índice anual definido como Índice de Desarrollo Humano (IDH) el cual es calculado a partir de los siguientes indicadores:

Esperanza de vida al nacer
Tasa de alfabetización en adultos
Matrícula escolar
PIB (producto interno bruto) per cápita



La UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones, www.itu.ch) generó hace unos años el Índice de Acceso Digital (IAD) que mide la capacidad global de los ciudadanos de un país para acceder y utilizar las TIC. Este índice está integrado por ocho variables clasificadas en cinco categorías. Se convierte cada una de las variables en un indicador con valores comprendidos entre cero y uno, o dividiendo este indicador por el valor máximo a "objetivos". Acto seguido, se pondera cada indicador dentro de su categoría y los valores resultantes (índices de las categorías) se promedian para obtener el valor total del IAD. Las cinco categorías del IAD son:

Calidad
Infraestructura
Conocimientos
Accesibilidad
Utilización

Para medir la Calidad se toma el ancho de banda internacional de Internet per capita y el número de abonados de banda ancha por cada 100 habitantes. Para medir la Infraestructura se toma la densidad telefónica fija y celular. Para medir los Conocimientos se toma el índice de alfabetización en adultos y el promedio de la matrícula escolar de los niveles primaria, secundaria y preparatoria. Para medir la Accesibilidad o asequibilidad se toma el precio del servicio de acceso a Internet y por último, para medir la Utilización se toma el número de usuarios de Internet por cada 100 habitantes del país en cuestión. Otro índicador importante es el generado por el Foro Economico Mundial (World Economic Forum, WEF, http://www.weforum.org/) que es parte del Global Information Techonology Report el cual monitorea la factibilidad de integrar los beneficios de las TIC en más de 100 países, remarcando los principales obstáculos estructurales, institucionales y de políticas en los países monitoreados. Este índice es conocido como NRI (Networked Readiness Index), y el cual mide la preparación de un país o comunidad para participar y beneficiarse de las TIC. El NRI está compuesto de tres componentes los cuales abarcan:

El ambiente para las TIC brindado por un país o comunidad en particular
La preparación de las personas interesadas clave de la comunidad tales como individuos, negocios y gobierno.
Utilización de las TIC entre las personas o grupos interesados

En la Tabla 1 se presenta un resumen del NRI de 2005-2006 de 115 países. Se aprecia que los primeros lugares de este índice lo ocupan los países europeos, junto con Estados Unidos y Canadá. A mitad de la tabla se encuentran algunos países de Latinoamérica y al final de la tabla se encuentran países principalmente de África, Asia y Latinoamérica, economías en vías de desarrollo.



La OCDE (Organisation for Economic Co-operation and Development, www.oecd.org) es otra organización que genera reportes anuales que nos pueden dar una idea del avance o retroceso en cuestión tecnológica de un país. Este reporte conocido en inglés como OECD Information Technology Outlook recaba información estadística en TIC sobre Internet, telefonía fija, telefonía móvil, banda ancha, DSL, televisión por cable, investigación y desarrollo en TIC, patentes, etc. Es importante recalcar que la OCDE recaba estadísticas exclusivamente de sus países miembros.

Los reportes generados por estas cuatro organizaciones (UNDP, UIT, WEF y OCDE) son una base de información importante para determinar el estatus de la brecha digital en una región o país, ya que incluyen los indicadores o parámetros más relevantes en cuestión de servicios de telecomunicaciones y tecnologías de información.

Los avances en la reducción de la Brecha Digital
Los esfuerzos por reducir la brecha digital han evolucionado desde la idea inicial de que el sólo dotar de computadoras y acceso a Internet se impactaría en el desarrollo sustentable de las comunidades. El aprendizaje e intercambio de experiencias a nivel mundial, ha contribuido a no sólo entender mejor la naturaleza y complejidad del fenómeno, sino también, para incorporar a los enfoques de tipo tecnológico, los componentes socioeconómicos, financieros y culturales que proveen un marco de referencia integral e interdisciplinario. Esta "primera ola" coincide con la gestación y crecimiento de la "burbuja de internet", en donde las visiones distorsionadas e irrealistas sobre adopción y penetración de Internet, provocaron un impacto notable en los mercados financieros mundiales, particularmente en los países más avanzados. Durante esta etapa, proliferaron en áreas suburbanas y urbanas los cibercafés, cabinas de Internet o telecentros. El enfoque fue dotar a la población de acceso al potencial de Internet, pero con una visión muy limitada de desarrollo sustentable. Además en esta etapa no se contaba con la capacidad de ancho de banda que permite en la actualidad aprovechar más integralmente los beneficios de Internet.

En la "segunda ola" de los esfuerzos por reducir la Brecha Digital, se avanzó más allá de la conectividad y se incorporaron aspectos de capacitación y el desarrollo de contenidos locales en base a necesidades comunitarias con buena participación de la población. En esta etapa se obtuvieron logros importantes y se observa la transición de los llamados telecentros a infocentros o centros comunitarios digitales como una señal de avance en la maduración del entendimiento del potencial de las TIC al bienestar social. Los telecentros se concibieron en su mayor parte como esfuerzos sin fines de lucro de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) o de gobiernos federales o municipales y los cibercafés se convirtieron en instancias mayormente comerciales.

Dado el avance tecnológico y de cobertura hacia regiones remotas y aisladas, los infocentros enfrentan en esta etapa, competencia con los cibercafés comerciales (localizados principalmente en áreas urbanas y suburbanas) dotados con una mejor infraestructura y que ofrecen una amplia gama de servicios que incluyen llamadas telefónicas mediante proveedores de servicios de voz sobre Internet (VoIP), juegos electrónicos y otras opciones de entretenimiento. Aunque el objetivo de los cibercafés no es el desarrollo sustentable per-se, juegan un papel importante en la diseminación de la "cultura digital" en la población, dando la oportunidad a la sociedad de acceder a la Internet en sus diversas aplicaciones y contribuyendo así a la reducción de la brecha digital. El fenómeno de crecimiento explosivo de cibercafés en áreas urbanas y suburbanas, ha dotado a la población de acceso a Internet y aprovechar su potencial como herramienta de comunicación y entretenimiento para reducir costos de llamadas telefónicas, aplicaciones de correo y mensajería electrónica, descarga de archivos musicales, fotos y más recientemente videos.

Se puede decir que los cibercafés forman parte ya del entorno socioeconómico y del tejido cultural urbano y suburbano. Por lo que respecta a estas áreas, en donde la disponibilidad de cibercafés es amplia, la brecha digital no es relativa a la capacidad de acceso, más bien se circunscribe a la educación de la población en la utilización de Internet y sobre su potencial como herramienta de desarrollo sustentable.

En la "tercera y actual ola" estamos entrando a un período importante para compartir experiencias y mejores prácticas en la operación, estructura y enfoque de los infocentros. Ya se tienen ejemplos significativos de éxito del impacto de las TIC al desarrollo comunitario en diferentes sectores de la economía, la cultura, la salud y la educación. Desafortunadamente no todos los países avanzan armónicamente en estos esfuerzos. Existen iniciativas en diferentes partes del mundo que no han logrado avanzar hacia la "tercera ola" y que tendrán que experimentar y reenfocar sus esfuerzos al desarrollo sustentable más que a la dotación de conectividad y creación de portales.

Los retos más importantes de la "tercera ola" son:

El logro de sustentabibilidad de los infocentros.
Refinar las estrategias para lograr participación comunitaria.
Innovación continúa en servicios, aplicaciones e infraestructura operativa y financiera de los infocentros.
Competencia con cibercafés o cabinas de Internet de mejor infraestructura con enfoque estrictamente comercial.




Figura 3.- La evolución de los esfuerzos por reducir la Brecha Digital

La transformación del concepto de la brecha digital con el impulso del Web 2.0
El avance de Internet y el aumento de la penetración inalámbrica en el mundo, aunado a posibilidades de acceso a mayores anchos de banda, proveen oportunidades que potencian aún más la aplicación de las TIC al desarrollo sustentable.

Existen en la actualidad aplicaciones significativas generadas en los últimos años y categorizadas como Web 2.0 entre las que se pueden contar a Wikipedia, weblogs, podcasts, Wikis, Web services, y otras más. Estas aplicaciones están transformando el alcance de Internet en los entornos comercial y corporativo y su penetración jugará un papel importante en la caracterización y estimación de una "nueva" brecha digital que emerge en un escenario de avance vertiginoso de las comunicaciones inalámbricas superando ya la infraestructura de líneas telefónicas fijas en el mundo y a nivel nacional en muchos países.

El acceso a Internet de manera inalámbrica a través de tecnologías como Wi-Fi y Wi-Max, la generación de aplicaciones en base al Web 2.0 y la conscientización y mayor conocimiento de la naturaleza de la brecha digital contribuyen a conformar un escenario que al incluir la participación comunitaria puede reducir sustancialmente la brecha digital en el mundo. Sin embargo, hay que reconocer que existen retos importantes entre los cuales se pueden mencionar los siguientes:
1.- El establecimiento de Marcos Regulatorios y Normativos que estimulen la competencia sana en el sector de las TIC para con ello aumentar las posibilidades de acceso a todos los estratos de la población de un país.
2.- La definición de políticas nacionales y regionales que contribuyan a estimular la aplicación de las TIC al desarrollo sustentable.
3.- La proliferación de aplicaciones en base a necesidades reales comunitarias que incluyan la participación de la población y la generación de contenido locales que garantizan la adopción y apropiación tecnológica adecuada.
4.- Aumentar la participación interdisciplinaria en la definición de políticas regionales y nacionales de reducción de la Brecha Digital y no sólo considerar los aspectos tecnológicos relativos a conectividad y ancho de banda.



Conclusiones
Nos encontramos en un punto de inflexión en el cual se tienen los elementos para reducir la brecha digital en países y regiones. Esta brecha digital se ha transformado y tiene muchos matices y aristas. Un enfoque interdisciplinario es esencial para aplicar estrategias exitosas en todos los niveles sociales y educativos que impacten sustancialmente en la reducción de esta "nueva" brecha y alcanzar una inclusión digital más integral y participativa. El desafió es precisamente la participación armoniosa de todos los factores, disciplinas y recursos humanos que permitan aprovechar las TIC en beneficio de la población y lograr mayores niveles de prosperidad social. Para ello es necesario generar una visión de trabajo colaborativo, que incluya educadores, tecnólogos, sociólogos, economistas y usuarios finales, proveedores de equipos y servicios tecnológicos así como a servidores públicos comprometidos con el Desarrollo Sustentable Comunitario. La nueva brecha digital se está transformando en una "brecha de innovación" en donde el conocimiento, el trabajo en red, la educación terciaria y la participación comunitaria son cruciales. Los retos son formidables para reducir la nueva brecha digital, sin embargo las oportunidades son amplias para lograr que las TIC sean un verdadero motor del Desarrollo Sustentable.

Referencias bibliográficas
Millennium Development Goals
http://unstats.un.org/unsd/mdg/

Internet World Stats
http://www.internetworldstats.com/

United Nations Development Programme
http://www.undp.org/

International Telecommunications Union
http://www.itu.ch/

World Economic Forum
http://www.weforum.org/

Organisation for Economic Co-operation and Development
http://www.oecd.org/

La Brecha Digital - El Portal
http://www.labrechadigital.org/

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